Thursday, April 23, 2009

LOS AMOROSOS



1

Aún recuerdo aquel día en que te dije dentro del auto: “Desearía poder quedarme con ambos; aquí para siempre. Poder compartir la misma cama. Sé que es imposible, ella es tu mujer y yo pues soy yo, la amiga. Pero quiero hacer una promesa, si algún día decido vivir al lado de un hombre, él será muy parecido a ti, y me encantaría que yo sea muy parecida a ella. Añoro formar una pareja como ésta, sin celos, sin juicios, sin exigencias; con ese enorme compromiso de cuidar de sí y el uno al otro, de amarse, de compartir. Sé que debe de estar alguien allá afuera esperando que me tropiece en su camino, sería verdaderamente hermoso encontrarme reconocida en la mirada de otro. Tengo que tener paciencia, esperar, hay posibilidades amplias de que así suceda, pero si no es así, siempre nos quedará esa habitación y el recuerdo de lo que ahí tuvimos”. 

2

Cuando te conocí percibí nuestra mutua atracción física. Las miradas, los roces de manos, ese sutil tocarse sin querer y nuestro primer beso furtivo en la cocina. Sí, sabía que estabas con alguien más, me quedaba claro que la amabas y no obstante nos besamos como si fuera el último beso que pudiéramos dar en nuestras vidas. 

La siguiente ocasión en la que nos vimos, ella entró a la escena. Poderosa y sonriente. La analicé perfectamente. De frente, su cara limpia y redondeada; sus senos breves como un par de hermosas ciruelas maduras; sus ojos azabaches, una boca sensual y sus pequeñas manos casi infantiles; en cuanto se acercó para ser presentada, percibí su aroma a canela. Caminó lentamente, tal vez sabiéndose observada, fue entonces cuando aprecié su dulcísima espalda, sus caderas anchas y su cabello de abismo cayendo suave detrás de sus orejas. Me pareció poder tratar con una Venus primitiva. De inmediato me sedujo su personalidad, la fuerza que imprimía en cada una de sus disertaciones filosóficas, literarias o artísticas. El casi imperceptible resoplar de su tráquea, su dificultad para respirar y su voz ronca le daban un halo de santidad a sus discursos.  Me atrajo su nula capacidad olfativa y su estrechísima visión, que compensaba por mil, cada que pronunciaba metódica, una frase, una palabra. 


Después de horas de disfrute con los amigos y el alcohol, la charla y el póker, las risas y los cigarrillos, quedamos sólo los tres mirándonos expectantes. El juego comenzó. Las cartas nos indicaron qué y cómo tendríamos que tratarnos en adelante el uno con el otro. 

Recuerdo bien la música y ese primer beso entre los tres, húmedo, avasallador y palpitante. Luego no hubo más que decir, sólo sonrisas y caricias cómplices que continuaron en la habitación.
 
La cama en primer plano, enorme estepa convertida en campo de batalla. El espejo en el que nos multiplicamos en seis. Primero comenzamos nosotros, mientras ella observaba desnuda a un costado de la cama. Noté su placer en el brillo de sus ojos y sus labios húmedos. Tú, con un ademán extraño, extendiste tu mano hacia ella y entonces ocurrió: por primera vez estaba a merced de caricias femeninas. Sus labios recorrían mi cuerpo entero, mi vientre hervía y tú acariciabas quedamente nuestras espaldas.  De repente un sonido irrumpió entre nuestros besos. Un látigo cortó rebanadas del aire caliente que nos rodeaba; me sobresalté ¿lo recuerdas? Yo jamás había visto un látigo aplicado al sexo, pero confié en ti, tenía la extraña certeza de que sabrías usarlo. El primer roce fue muy suave y lo alternaste con besos en mi espalda, el siguiente logró contraer los músculos de mis muslos y nalgas, el tercero hizo fluir un montón de lágrimas. Aquella catarsis fue avasalladora, por primera vez en mi vida se revolvían una cantidad de reacciones corporales que no comprendía, reía, lloraba, gritaba, mordía, te besaba enloquecida. Fue entonces que supe lo hermoso que puede ser el dolor mezclado con placer, tu boca se bebió cada una de mis lágrimas y gotas de sudor. Ella de nuevo nos miraba extasiada, mientras te indicaba cuándo detenerte o  cuándo seguir; su boca pronunciaba el lenguaje femenino; me explicaba lo dulce, hermosa y frágil que lucía ante el castigo físico. 

Momentos después nuestros cuerpos se entrelazaban sin necesidad de decir nada,  el tiempo perdió su importancia. Recuerdo que cuando decidimos detenernos un rayo de luz se infiltraba por la ventana invadiendo de luz la cama. Aún siento en mi espalda el más hermoso detalle que alguien había tenido conmigo en la cama: dibujar sobre mi piel. Convertida en lienzo para ti, te aseguro que ya no hay poder terreno ni sobrehumano que pueda borrar aquella noche de mi mente y de mi cuerpo. Ambos me enseñaron la verdadera maestría del amor y parece que de ésta, me gradué con honores.     

10 comments:

marichuy said...

Querido Jota-pe

Advertencia: Voy a mostrar una faz que pocas veces me permito exhibir en público… soy una autocensurada de clóset.

¿Cómo se te ocurre publicar semejante cosa a estas horas (jajá)? Con el riesgo de que tus visitantes tengamos antojos húmedos, en sitios inapropiados… como el cibercafé en el que estoy?

Me encantó esta historia erótico-masoquista-amorosa. Muy buena, supongo que esta es la fantasía de más de una(o)

Abrazos

A said...

Modos de amar, modos de dejarse sentir placer

Delicioso relato...oh si!

Gracias querido Jotapechocho
Besos mojados
A.

El Signo de La Espada said...

últimamente se están poniendo muy pornochos en patito productions? o es mi imaginación retorcida?


Qué buen relato erótico

JP said...

-- mi muy querida cibercafetera marishuy, perdon, tenes razon, mira que tenia que hacer unas cositas y de un vez lo subi, pero no culpes a miguelito, vidita es deveras muy eroticona, pa la proxima ponemos advertencia: el siguiente producto produce paralizacion del corazon, no lo lea en la oficina, cibercafe o iphone en el metro, por su atencion gracias! un abrazote

JP said...

-- querisidim(A), ni mas ni menos que vidita, esa mujer deveras alborota corazones, besos mojarras!

JP said...

-- carnal espadiux, sera la primavera? la prima vera? la pierna guera? se la arrimo a la guera? en una de esas le cambiamos el nombre a FALITO PORNOCHIONS. Mmmhhh, necesitamos una de balazos para nivelar el blog, working on it! Gracias por los piropos a Vidita!

Vidita said...

Jota Pe, te agradezco mil que hayas ilustrado este texto con tanto tino...nunca pense que fuera demasiado gruexo, ora que te envie un cuento de los pasos para otorgar un felatio placentero no se que diran :P
jajajajajajajaja

malbicho said...

qué rico texto

Anonymous said...

Bueno estos se leen de dos sentadas. El intermedio es importante.

Anonymous said...

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