Tuesday, November 11, 2008

AL CIELO POR ASALTO



Ilustración: Milk

¡Cómo me moría de la risa al saber que no estaba vivo! Y es que me jalaba de las greñas, me pellizcaba los ojos, daba marometas de cabeza, hasta me mordía los cachetes para ver si estaba jetón y no lo estaba. Ya se me borró la cinta de cómo le caí por estos lares. No recuerdo si fueron los tacos de la esquina, los carros gandallas en la avenida, algún pasón de mis crudas, los desaires de la Putricia (pinche Pati), en fin, tantas razones que tiene uno para pirarse y pues aquí estoy en este cielo tan chafa. Me cae que uno espera licar acá a don San Piter con sus llaves, abriéndonos el paraíso de los querubines y los rezos al por mayor o mandándonos a la goma con don Luci y sus pecadores pero pues cuál.




Yo, la neta, me portaba chicles en la Tierra, chambiaba como blanco para vivir como negro; no deseaba la piel de mi prójimo (sólo la de mi prójima); no le transé a nadie ni el quinto; le hacía iris a los antiguadalupanos; madrié a una que otra rata -de dos patas- y no fumaba ni tomaba (de mi lana). Era pues un modelo de rectitud y buena vibra. Por eso ma han dado chance de dirigirme al personal, paren las orejas que éste su héroe les va ha verbear de cómo está el rollo por Acámbaro.
 Aquí, en el cielito lindo, mi querido moreno, cada quien anda en su coto, los locos en sus castillos, los santos en sus cielos, las pirujas y las beatas en sus estrellas y sus lunas, los rotitos chambiando y la banda cantando. Nada más los rucos recuerdan cómo nadaba el pez, con un pinche mil de almas tostándose la conciencia en las parrillas de los infiernos, sólo las nubes cubrían al paraíso que estaba bien de a solapa sobrevolado rara vez por algún tirángel, pero ya no más porque los alivianados y los pesados achicharraron el infierno y ahora el cielo está lleno de muertos pasados de vivos.
Pero la raza es cabrona. Los que saben dicen que al Chuchito se le cayó el cantón cuando en un barrio de los más bajos abismos un morro bien barbaján, el comuñero Carlangas “El Marxcizo”, armó el tiro. Cámara, este bato y su banda eran gruesos como un tabique, rolleros como un perico de merolico, manchados con los pasados y alivianados con los explotados. La bandera grafiteaba sobre las calderas de los infiernos MaRxCisoZ bAnd. De volón el buen Lucifláis se unió a la Comuna de los Avernos. 
Pero así como no falta un pelo en la trompa no faltó quien le fuera con el chisme al jefe Dios. Dos tres regimientos de arcángeles se dejaron venir contra el infierno. Carlangas ni tardo ni lentoso juntó al barrio y en menos que canta un mudo le dieron la vuelta  a los tirángeles. Fue la gota que derramó el tepache. El asalto al cielo no podía esperar. 
El Jovas estaba que no lo calentaba ni la más cachonda de las magdalenas. Luego  de consultar con toda la realeza divina mandó un mensaje con un querubín diciendo que si la querían papita él simplemente proponía un tiro entre el más santo de los cielos y el más chicho de los infiernos, el limbo (territorio neutro) sería el escenario de la batalla final. Ahí se acondicionó un ring, música sacra y de los Rolling Stones se mezclaban en los altavoces. El público era un mar de confusión: santos y necios, almas limpias y pecadores de oficio, mártires y líderes charros, vírgenes y vestidas, un mar de confusión que se abrió para dar paso a los contrincantes:
-- ¡Damas y caballeros!, rugió el réferi al centro del cuadrilátero. Por el cetro de todas las alturas y los más bajos abismos lidiarán a quién sabe cuántos rounds, a mi izquierda, de calzoncillos rojos y más de 150 años de lucha de clases, Carlangas “El Marxcizo”. Chiquitibunes y excomuniones sonaron al unísono.

-- Y a mi derecha, prosiguió el árbitro, el más santo entre los santos, también experto en la lucha pero la lucha libre, El Espíritu Santo (Enmascarado de Plata). Mentadas y padres nuestros se mezclaron al tiempo que los contrincantes se enlazaron en un saludo que de entrada propinó un codazo entre ceja, oreja y jefa al Carlitros. “¡¡Métele la Wilson, métele la nelson, la quebradora y el tirabuzón, quítale el candado, pícale los ojos, jálale los pelos, sácalo del ring!!”, cantaba toda la bola de mochojetes en un salmo que El Espíritu Santo aplicaba paso a paso sobre la pobre humanidad del Carlangas, quien ya en el piso no sentía lo duro sino lo tupido. La campana le dio un pequeño alivio sólo para arrastrarse a su esquina en donde sus managers, el Lenon y el Lenin, apenas le masajeaban la mollera cuando ni bien se daba las tres sonó el cencerro, y la banda se friqueó cuando el mastodonte plateado de dos pasos estaba en la esquina del Marxcizo, quien fue levantado de un jalón de barbas. Ahí lo lucía el Espíritu Santo cual trofeo listo a destripar, cuando en un inusitado salto de capirucho el buen Carlitros arrancaba la máscara plateada dejando lucir la identidad secreta del plateado, simón, era el Arcángel (Juan) Gabriel, quien se tiró en la arena al saberse vencido, no había duda, los rojos ganaban. En corto toda la flota de tirángeles se le dejó caer encima al Carlangas y ¡mocos!, que le salta toda la bandera. Los súcubos les correteaban las tripas y las ganas a los angelitos del señor, mientras que los íncubus no se daban abasto con las once mil vírgenes, el divino márques le explicaba lo suyo a Santa Teresa (quien se la ende… moniaba), bueno, aquello estuvo que ni Sodoma ni Gomorra pudieron igualar, el limbo todavía tiene sus esquinas cuarteadas como recuerdo de la victoria.

Dicen que el jefe Dios está en todas partes, pero cuando le caigan por Acámbaro no pregunten por él, aquí todos somos iguales.

5 comments:

Vidita said...

No mameeeeeeeeeessssssssss!!!!

ESte texto esta super chingo mi Jota Pe. De lo mejor la neta.

JP said...

-- orales, no me lo vas a creer pero sabia que te iba a later, gracias vidis

Vidita said...

No? tendremos conección mental?
jajajajajajajajaja
Me fascinan las mascaras, la lucvha libre, el santo, bludemon, antes del fenómeno de la santología yo ya admiraba profundamente a este hombre. En Toluca había una arena y ahora todavía hay luchas pero mis recuerdos infantiles estas profundamente influenciados a través de mi padre por los luchadores. Ahora ya de mayor no he podido volver a ver las luchas...creo que se me romperían mis recuerdos...pero a ver si me animo ora en vacaciones :)

Besotes

JP said...

-- fijate que siempre me gusto mas el blue demon que el santo, como que los anti-heroes son lo mio me cae

Vidita said...

Harto interesante la historia de Blue Demon primero fue rudo y la competencia estuvo muy cañona con los tècnicos y decidiò pasarse al lado de los buenos :P

Mil besos