Monday, March 30, 2009

BURROUGHS, LA MAQUINA DE SUEÑOS

Annie Leibovitz
Isaac Mendoza

No quiero amor
No quiero perdón
Todo lo que quiero es salir de aquí
W.S. Burroughs

William Seward Burroughs cumplió su ciclo vital en este envilecido mundo. El herético, el maldito y marginal gurú de la Generación Beat --generación de los abatidos, apaleados, cansados, desmotivados, ausentes, vulnerables--, su centro aglutinador a  pesar de que negaba su inscripción a ella, y maestro de una amplia estela de escritores y artistas que por todo el mundo ha querido seguirle e imitar. Burroughs, el mayor de los escritores iconoclastas/heterodoxos de este siglo, el revolucionario/vanguardista de las formas escriturales tradicionales, el sabio drogadicto y homosexual, el transgresor de las convenciones sociales --nadie como él criticó severamente, hizo befa del estilo de vida norteamericano. El ciclo iniciado en 1944 comenzó ha cerrarse en 1969 con la muerte de Jack Kerouac, y luego con el fallecimiento de  Allen Ginsberg en abril de 1997 (ambos los más fieles seguidores y amigos del viejo Bill), para terminar en agosto del mismo año, a sus 83 años, con el fin del monstruoso y demoniaco “Hombre Invisible”. Le tocó su turno, a pesar de la apariencia de que jamás lo haría, el chamán mayor de la segunda mitad del siglo XX en lo que se refiere a la contracultura y los bajos fondos, el desinterés y la bohemia -- esa bohemia que según Patxi Andión es la prosa de la nada. Accedió a alguno de los otros mundos/dimensiones que tenía la certeza de que existían.


Burroughs no asumió posiciones ideológicas, era un artista dispuesto a reírse de sí mismo en un comercial.

Nieto y homónimo del industrial norteamericano inventor del mecanismo de la máquina sumadora y fundador de la Burroughs Corporation, hijo de un empresario maderero venido a menos y una madre que terminaría en la locura, William Seward Burroughs II nació el 5 de febrero de 1914 en Ladue, Saint Louis Missouri, y vino a morirse a las seis de la tarde de un simplísimo sábado dos de agosto de 1997 en el hospital Memorial de Lawrence, Kansas City.

Con estudios de literatura inglesa y antropología en Harvard, de medicina en Viena, historia y lengua maya así como historia azteca en México, además de psicoanálisis, parapsicología, telepatía, semántica y cienciología, su itinerario está marcado por su residencia en algunas ciudades norteamericanas y en México, Tánger, París y Londres, además de diversas estancias en ciudades europeas y latinoamericanas. Tuvo una intensa historia personal de adicción, asesinato de su esposa, persecución literaria, homosexualismo y una loquérrima y alucinante invención artística. Pero siempre resaltando la figura de un elegante creador fuera de toda norma estética y estilística.

Burroughs, autodefinido como “una sombra gris en una pared lejana”, descrito por Jack Kerouac como “una sombra que planea sobre la literatura occidental”, de quien Allen Ginsberg, quien le llamaba “Satanic Bill”, dijo que era el inventor de una nueva utopía y lo comparo con Saint-John Perse y Jean-Arthur Rimbaud, mientras que Ken Kesey lo colocaba al nivel de Shakespeare y Saul Bellow, lo resumía lacónica y certeramente como “monstuosidad. Monstruosidad simple”, desde pequeño estuvo poseído por el mal y lo sobrenatural. Siempre le atormentaron los sueños y las pesadillas: “Hasta un 40 por ciento de mi material procede de los sueños; las localizaciones y los personajes. No existe ninguna divisoria entre el mundo de los sueños y el real”. Así, su vida y su obra no fue sino el reflejo de la tensión entre estos polos.

Con David Bowie.

De su inmersión  personal en el mal extrae toda su fuerza creadora. Y no podía ser de otra forma: su escritura es autobiográfica, nada complaciente, hiriente, ya que para él “sólo hay una cosa de lo que se puede escribir un escritor: lo que está ante sus sentidos en el momento de escribir”. Y lo que por siempre estuvo a su alrededor fue el mal. Recordemos que en su estancia en la ciudad de México, poseído por un espíritu maligno, según señala , alcoholizado y drogado mata a su esposa Joan Vollmer –con quien tuvo un hijo, William Seward III, muerto  a los 34 años, víctima de cirrosis hepática. La muerte de Joan no es simple anécdota, es el impulso esencial en su carrera de escritor. Burroughs lo recuerda así: “Me veo forzado a la deprimente conclusión de que nunca me hubiera hecho escritor de no ser por la muerte de Joan, y me doy cuenta de la importancia que este hecho tiene en la motivación y la formulación de mi escritura. Vivo con la amenaza constante de la posesión, y una necesidad constante de escapar de ella, del Control. Así, la muerte de mi esposa me puso en contacto con el invasor, el Espíritu Feo, y me condujo a una lucha de por vida, en la que la única opción que tengo es escribir en mi huida”.

Burroughs creía profundamente en los demonios internos, personales, y en el control que pueden llegar a ejercer las fuerzas hostiles. Por eso, para él, que evidentemente se sintió culpable de el asesinato de su esposa, esto fue una batalla constante contra sus demonios internos, y la escritura el medio para luchar con su culpa y esos demonios. Su inmersión en el mal, a través de la droga, también era una forma de exorcizarlos, ya que, como señala Iain Finlayson, al identificarlos, describirlos y reconocerlos, al nombrarlos, podría espiarlos y ser libre.


What keeps mankind alive?

You gentlemen who think you have a mission

To purge us of the seven deadly sins
Should first sort out the basic food position
Then start your preaching, that’s where it all begins

You lot who preach restraint and watch your waist as well

Should learn, for once, the way the world is run

However much you twist or whatever lies that you tell
Food is the first thing, morals follow on

So first be sure that those who are now starving
Get proper helpings when we all start carving
What keeps mankind alive?

What keeps mankind alive?
The fact that millions are daily tortured
Stifled, punished, silenced and oppressed
Mankind can keep alive thanks to its aptitude
In keeping its humanity repressed
And for once you must try not to shriek the facts
Mankind is kept alive by bestial acts

Kurt Weill/Bertolt Brecht

Detrás de sus excesos, juegos y laberintos vitales y literarios que iba construyendo, había un fin preciso. El Burroughs consecuente con sus textos encaja a la perfección en el inventario de anti-héroes protagonistas de la literatura moderna: asesino, pederasta, adicto, loco.  Pero su vida y sus textos no sólo quisieron ir a los límites, ni santificarse como el gran maldito –que lo fue. Busca develar y hacer explotar su circunstancia, por  ello, según Alan Ansen, “sólo alguna violenta delincuencia, bien sea una aguja privada o una bomba pública parece capaz de recordarnos que perpetuamente vivimos con el cielo y el infierno”.

Burroughs escribe para escapar. Quiere huir. Salir de donde está –cualquiera que sea el lugar. Nunca se halla en paz: Busca en su interior. “El camino hacia FUERA es el camino hacia DENTRO”. Sin moverse apenas, a veces. O se busca viajando. Y se hunde en la droga, en la inanidad, en sí mismo. “Su adicción a las drogas no era un medio de escape de la realidad tanto como un esfuerzo determinado para confrontar la realidad espiritual y mágica de sí mismo y el mundo. No evadía los errores, sino que los confrontaba con un coraje personal considerable. Burroughs no era una víctima condenada, era en realidad un viajero y explorador de lugares, ideas, experiencias y terrores que hubieran hecho de un hombre con un menor sentido de su misión personal un loco desequilibrado. Admitía con franqueza: ‘Sí, tenía un apetito insaciable por lo extremo y lo sensacional, por lo mórbido, rastrero y desagradable’. Burroughs vivia en y con el caos, al igual que otros viven con la razón y las opiniones aceptadas. Perseguía la estructura del caos, y creía que esta tenía su propia metafísica racional, la cual, con atención y una visión clara, podría comprenderse” (Iain Finlayson). 


En Burroughs hay un sentimiento de imposibilidad de salir, y por ello explota. Quiere disparar sus frases y detonar cerebros. O quiere descargar sus armas. Si su adicción, su vida, su testimonial, ese lanzarse de continuo al vacío, ese extraviarse para reencontrarse, fue la forma de ajustar cuentas consigo mismo, en un proceso de destrucción y afirmación simultáneo, en donde su escritura y su arte le sirvieron para detonar las sólidas estructuras morales. Al destruirse va destruyendo su alrededor, su circunstancia, su tiempo histórico. Para ello se vale del estilo literario novedoso. A este respecto José Vicente Anaya ha senalado que “el estilo de Burroughs es el de una pesadilla sin recato alguno, lo cual le sirve para poner en entredicho toda la normalidad de la sociedad”. Pese a que Bill señalaba que “las armas son mi especialidad”, su vida, su escritura y su obra plástica fueron las mejores armas que hicieron dislocar el discurso cerrado, el pensamiento y comportamientos unidimensionales, según señala Philippe Mikriammos. Y toda la serie de valores y símbolos que ellos implican.

En el centro de las concepciones de Burroughs se encontraba la certeza del poder ilimitado de la mente humana. Y ese poder es justamente el que puede llevarnos a otros mundos/dimensiones. Y será justamente ese poder el que, de ser efectivo, lo ha de conducir a un estado diferente, nuevo de su existencia. A un mundo más allá del que ahora ocupamos.  

17 comments:

JP said...

-- gracias isaac por este texto, deveras iluminas no solo la vida de burroughs, sino los recovecos del alma humana

malbicho said...

sí, que buen texto; redondo, muy completo

"dí no a la narcohisteria", decía burroughs (y eso que no vivía por acá -je-)

Vidita said...

Soy fan de la generacion Beat, y si no mal recuerdo tambien hubo mujeres bien intensitas que se convertían en sus amantes. México tiene ese sustento de hiper surrealismo que seduce a escritores, poetas, artistas y cantantes, por un país sumido en el caos, el desorden la violencia, la basura...Todo esto se vuelve entrañable, tanto que si no tomamos conciencia de ello nos sentiriamos como alejados de nuestro propio entorno como mexicanos. Excelente texto. No digo más.

A said...

Vidita toco algo importante ¿que tendra México que atrae al surrealisnmo de este modo?

Esas mentes/almas atormentadas sufrieron tanto, de manera proporcional al placer que producen e los que se quedan.


Gracias Jotapechocho por compartir el texto.
Besos tranquilos
A.

marichuy said...

Jota-pe

Pues gracias al autor por este estupendo texto y a ti, por compartirlo.

Me encanta el comentario de malbicho, tiene razón; eso es como para nosotros.

Y sobre la pregunta de A, yo la comparto. Artistas como éste y en general, los miembros de la generación beat o los poetas malditos, nos resultan particularmente entrañables.

Un saludo

El Signo de La Espada said...

No mames, qué miedo me dio el tipo...

El Signo de La Espada said...

hey, hola Malbi, qué haciendo por acá ;)
jejeje

JP said...

-- malbi, burroughs de hecho vivio entre nosotros, fue en la colonia Roma donde mato a su esposa jugando (los dos) al Guillermo Hotel, estuvo en lecumberri y tuvo una relacion bastante amorosa con nuestro pais, ahora hundido en la narcohisteria, jeje, cierto, gracias por visitar!

JP said...

-- vidita, ni mas ni menos que kerouac escribio --dicen-- la primera novela urbana mexicana (Tristessa) cuando se enamoro de una prostituta con la cual se drogaba y conocia el mexico perezpradiano de los cincuentas, el libro es genial y yo creo que te va a encantar. Mexico seduce a cualquiera, es adorable

JP said...

-- querid(A) surrealist(A), no creo que sea el pais, creo que somos todos los mexicanos los que tenemos el surrealismo en la sangre, en los tacos de moronga, en el pulque que nada mas le falta un grado para ser carne, en nuestra dictadura perfecta, en nuestro nuestra bandera tan honda en su simbolo, en nuestro idioma (norteino, chilango, yucateco, jarocho, llamese como se llame), en ese universo de pais que mas bien es un continente, gracias por la reflexion A, mexican besos

JP said...

-- marichuy, isaac es mi mero mero broder y le estoy suplicando que nos deleite con algunos textos mas, la verdad me muero de la envidia con el porque tiene una entrevista con Guillermo Cabrera Infante, que para mi es casi casi como hablar con diosito redivivo, haber si nos complace. Por otras parte, me encantan los beats y espero pronto poner el complemento de este sesudo ensayo, gracias marichuy!

JP said...

-- espada, aguas, burroughs es el mismisimo diablo con patas. Un abrazo carnalito, gracias por saludar!

Anonymous said...

“una sombra gris en una pared lejana”


Muy buen texto!!!!

Comparto su opinion, la tendencia es el surrealismo...


Surrealismo màgico.

Besos!!! y gracias por pasar a visitarme!

JP said...

-- gracias a ti ambaar, te quedo muy bonito tu nuevo blog!

malbicho said...

sip, sabía de la estancia de burroughs en México lindo, pero me pareció tan exacto su término para nuestra realidad actual que no pude evitar relacionar a burroughs con el México de ahora (igual y le hubiéramos gustado todavía más)

me encanta tu blog, me verás volver (sodas dixit -je-)

@signo
tú tienes la culpa de que ande yo por lares más lejanos a mi fanzine, un abrazo!

Noelia A said...

Este post me pareció un buen incentivo a la lecura de Burroughs. Lo conozco poco, vale decir he leido poco de él, aunque la calidad de su escritura es indiscutiblemente muy buena.
Saludos

JP said...

-- noelia, que gusto verte, que tal un cuadro de el? no es buen personaje? jeje, es broma, gusto saludarte!